Casi todas nuestras clientas, sobre todo las mujeres que se encuentran en tratamiento de quimioterapia, nos formulan la siguiente pregunta: ¿qué duración tiene una peluca? La respuesta es distinta en función de varios parámetros: materia prima (fibra, cabello humano), tipo de base (máquina, tul, silicona…), largura, cantidad de cabello que tenga (densidad), estilo de vida de la clienta, etc…
Un ejemplo significativo es el siguiente: imagina que llevas mínimo doce horas al día, siete días a la semana, el mismo vestido. Debido al sudor, tendrás que lavarlo con frecuencia. Como es lógico, pasados unos meses podemos ver que algunas costuras están más abiertas, y la tela puede estar desgastada. Normalmente, una peluca sintética de pelo corto o muy corto que utilizamos durante 12 horas cada día y nos la quitamos para dormir, tiene una duración que oscila entre los seis meses y un año (idóneo para el tratamiento de quimioterapia completo). Si la usamos menos tiempo, durará más. Si la peluca es sintética pero de cabello largo (se produce un roce), y la utilizamos de manera intensiva mínimo 8 horas diarias, normalmente las puntas se ponen feas en función de su calidad. La fibra básica resistente al calor (modacrílica) suele durar unas 4-8 semanas pero se recupera al sanearle las puntas tras su uso intensivo, mientras que la fibra kanekalon excelence se encontrará en mejores condiciones mucho más tiempo. Es importante utilizar mascarilla específica para pelucas sintéticas que mantenga su suavidad y protega la fibra de la fricción.
Si llevamos pelo natural largo o muy largo (roce), y pasamos al menos 12 horas al día con peluca, depende del desgaste de la cutícula respecto a la plancha, el secador y el propio roce con nuestra ropa, respaldos, almohada, sábanas y la piel. Normalmente su duración oscila entre los 6 y los 12 meses (aunque tenemos clientas que las cuidan tan bien que llevan usándolas dos años) mientras que si tenemos la peluca pegada las 24 horas, recomendamos cambiarlas cada 6-8 meses.
Cualquier peluca de pelo natural largo o muy largo se expone a la oxidación (sol, cloro, viento, contaminación), a la pérdida de hidratación y de elasticidad a medida que se descompone su queratina natural y el colágeno. El pelo corto es bastante duradero.
Pasados dos años, se recomienda cambiar de peluca aunque esté todavía en buenas condiciones, ya que debido a la descomposición natural del pelo, será más propenso a partirse mientras la peinamos o manipulamos, o a sufrir alguna rutura en la base.
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