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Desmontamos los falsos mitos sobre las pelucas

por | Ago 29, 2014 | Noticias | 0 Comentarios

En Free Style queremos que estés tranquila respecto al uso (y en muchas ocasiones también «disfrute») de una peluca, por lo que hemos desentrañado los falsos mitos que siempre acompañan a estos necesarios accesorios en tu día a día:

 

peluca-megan-thumb71) Todas las pelucas se notan. No necesariamente, ya que las técnicas de elaboración de pelucas han avanzado mucho. Nuestras clientas son las que deciden si quieren contar a sus familiares, compañeros de trabajo o amigos si llevan peluca o no. Bien es cierto que hay modelos muy básicos y estándar a precios muy asequibles que pueden llamar más la atención, por su tipo de fibra o por su confección (totalmente a máquina). Si tu intención es que la peluca o sistema capilar sea totalmente indetectable, es factible y se trabaja con materiales muy finos y prácticamente invisibles al ojo humano. 

2) Las pelucas de pelo natural son siempre mejores que las sintéticas. Depende. No hay que dar por sentado axiomas ni mucho menos hacerlos extensibles a todas las personas. Dependiendo de tu estilo de vida, de tu edad, de expectativas del resultado, del tono que deseas, del peinado y de tus circunstancias personales (no es igual una quimio que una alopecia crónica e irreversible) recomendaremos usar peluca de cabello natural o artificial. Hoy en día, la fibra ha mejorado mucho y se fabrica con textura y movimiento muy similar al pelo humano. Bien es cierto que las pelucas de cabello natural de pelo largo o muy largo tienen siempre una duración superior que las de fibra.

3) Las pelucas no permiten que «respire» el pelo y provocan más caída. En primer lugar, no disponemos de pulmones bajo el cráneo, por lo que en realidad cuando nos referimos a «respirar», lo correcto es hablar de transpiración. Hoy en día, las pelucas están diseñadas para que sean ligeras y transpirables, a excepción de algunos casos puntuales en los que se utiliza silicona hipoalergénica o poliuretano, y la cliente es informada de los pros y contras de este tipo de material. La malla, la tela o el monofilamento es totalmente transpirable, al igual que la ropa con la que cubrimos gran parte de nuestro cuerpo. Una peluca no impide que crezca el pelo ni altera su ciclo natural a no ser que se produzcan rozaduras (si queda muy pequeña) o si somos alérgicos o sensibles a algún componente de los adhesivos dado el caso. 

4) Las pelucas dan calor y pican. No es cierto al 100%. Una peluca de pelo natural puede dar el mismo calor que tener biológicamente la cabeza cubierta de pelo (sobre todo si es largo y abundante). Existen materiales muy ligeros en el mercado especialmente diseñados para que la persona se «olvide» de que la lleva puesta. Por otro lado, la fibra sintética sí da más calor en comparación con el pelo natural, pero lo recomendable es llevar un estilismo de media melenita o cortito. En ese caso, apenas habría diferencia.  

5) Las pelucas salen volando. Estamos muy habituados a ver el típico gag humorístico en la tele en el que a una anciana se le cae la peluca, o a un señor se le vuela el peluquín. Es totalmente un mito. Si la peluca es de la talla idónea para nuestra cabeza, no se va a caer. Al principio podemos tener cierta sensación de inseguridad, hasta que nos acostumbremos a llevarla puesta. Hay muchos tipos de pelucas y muchos métodos de sujeción. Dependiendo de tu estilo de vida podemos recomendarte uno u otro. Al igual que si nos ponemos unos pantalones de talla grande corremos el riesgo de que se nos bajen mientras paseamos por la calle, a nadie se le ocurre dictaminar que la ropa necesariamente siempre se cae.

6) Las pelucas son productos muy caros y poco accesibles. Esto sucedía también con la ropa. Hace algunas décadas, era necesario costearse el trabajo de un sastre o de una modista, por lo que la clase media adquiría pocas prendas de vestir debido al gasto. Afortunadamente las técnicas de confección industrial se han aplicado también a la elaboración de pelucas, por lo que al igual que ahora existen en el mercado cadenas de ropa con precios asequibles, en Free Style distribuimos pelucas con una horquilla de precio de venta que oscila entre los 30 € y 200 € euros (sintéticas) mientras que de cabello natural (de origen asiático) el coste va desde los 90 € a los 500 €. No compartimos la teoría de que las pelucas deben ser un artículo de lujo no al alcance de cualquier persona que la necesite para su día a día, especialmente en casos de quimioterapia.  

7) Las pelucas son incómodas al llevarlas, pican e incordian. No siempre. Lo podemos comparar con usar gafas. Hay personas que se olvidan de que las llevan puestas. Depende siempre de su base y de la cantidad de cabello (a más densidad, más peso). Las pelucas tradicionales están elaboradas casi totalmente a máquina y pueden notarse más en un principio (aunque en unos minutos la persona se acostumbra y se «olvida» la sensación, al igual que sucede con cinturones o los zapatos). Mientras que en otros casos, la base está confeccionada con tul tan liviano que no presiona ni pesa ni se percibe en ningún momento. Dependiendo de cada caso en particular se recomendará un sistema u otro. Si es tu primera peluca, ten en cuenta la opinión de un profesional, pues dispone de experiencia suficiente para asesorarte bien 🙂 

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