1) Desenredar de raíz a puntas. Hay que empezar a desenredar siempre por las puntas y continuar hacia arriba para terminar en la raíz. De lo contrario, darás más tirones, el cabello se debilita y se parte. 
2) Desenredarlo o peinarlo aún muy mojado. El cabello mojado es más débil. Antes de desenredar, retira el exceso de humedad con una toalla dando ligeros toques, sin retorcerlo ni estrujarlo.
3) Usar gomas elásticas sin forro de tela. Las gomas así tazan más el cabello.
4) No limpiar el cepillo. En los peines y demás utensilios, especialmente en los cepillos, se acumula grasa, células muertas, pelo, polvo, suciedad, restos de cosméticos… Es muy importante limpiarlos en profundidad una vez cada mes.
5) No aplicar protector término para planchas de cabello.
6) No cortarse las puntas casi nunca. Aunque muchas chicas y mujeres no le dan importancia a sanearse el pelo de vez en cuando, es importante por dos motivos: el cabello se verá más sano, pero también es una cuestión de higiene. Las puntas abiertas y los tramos deteriorados son más porosos y por tanto absorben más el polvo, la contaminación y la suciedad.
7) Secarse el pelo con la temperatura más alta. Es mejor tardar dos minutos más y secarlo a media temperatura.
8) No desenredarse el cabello antes de ir a la cama. Al día siguiente tendrás que emplearte más a fondo, y si cepillas el pelo de raíz a puntas lo partirás y debilitarás.
9) Atar, recoger o trenzar el pelo todavía húmedo. No se pudre, pero si tienes el cuero cabelludo sensible puedes sufrir dermatitis, o peor: una infección por hongos.
10) Ducharse con agua exageradamente caliente. Es preferible agua tibia y, si te atreves, terminar con agua fría: ¡brillará más!
Fotograma de «Mira quien habla también».
